Fuente de San Juan
Bajo la generosa sombra de los árboles se oye el sonido cantarín de las aguas de la fuente que pregonan un ruido habitual en tiempos en los que la gente se servía del líquido para su uso doméstico. Muy cerca de ella está la fuentiña, lugar donde las mujeres lavaban sus ropas; los dornajos para que las bestias saciaran su sed también estaban vinculadas a estos puntos de encuentro cotidianos en el que proliferaban las relaciones entre los lugareños. Cada año el Santo Patrón es portado en procesión hasta ella en agradecimiento por el preciado líquido vivificador.